Hábitos: conoce los más saludables para el cuerpo, la mente y mucho más

  • Compartir Este
Jennifer Sherman

¿Qué son los hábitos?

Hábitos es una palabra que se utiliza a menudo para designar algo que ciertamente forma parte de nuestra vida cotidiana. Hablamos mucho de ellos cuando predicamos la vida sana, por ejemplo, lo que implica en consecuencia deshacerse de los infames "malos hábitos". Pero, ¿qué son los hábitos?

A veces nos cuesta definir las palabras que utilizamos constantemente cuando alguien nos pregunta. Esto pone de manifiesto lo poco frecuente que es que nos paremos a reflexionar sobre lo que decimos y lo que hacemos, incluidos nuestros hábitos.

Para facilitar la comprensión, acudamos al diccionario. En él, las definiciones de la forma singular de esta palabra dan muchas pistas sobre qué son los hábitos y cómo se crean y mantienen. En el diccionario Michaelis la palabra "hábito" se define como la inclinación por alguna acción, o disposición a actuar de una determinada manera; forma habitual de ser o actuar; y un procedimiento repetido que lleva a unapráctica.

Sabiendo esto, en este artículo hablaremos de los hábitos matutinos, alimenticios, mentales y físicos que aportan más calidad de vida a quienes los practican.

Significado de hábito

La etimología del término apunta a un origen en la palabra habĭtus Este término tiene el significado de condición, apariencia, vestido o comportamiento. En su uso más habitual (míralo ahí) se refiere básicamente a las prácticas que son habituales.

Vea a continuación algunos tipos de hábitos para entender mejor el tema e identificar cuáles están presentes en su rutina.

Hábitos físicos

Los hábitos físicos son aquellas cosas que el cuerpo se acostumbra a hacer. Estas cosas a menudo se vuelven automáticas, como el acto de conducir un coche: con la habituación, todo el paso a paso se vuelve natural y se empieza a hacer casi sin darse cuenta.

El ejercicio físico también puede entrar en esta categoría. Puede que hayas notado que cuando empiezas una actividad, como caminar o ir al gimnasio, mantenerla al principio es difícil, pero a medida que persistes, el hábito se afianza y llegas a echarlo de menos cuando dejas de hacer esa actividad.

Hábitos emocionales

Los patrones emocionales también pueden considerarse hábitos, y están estrechamente asociados a las circunstancias que los preceden y a lo que hacemos después.

Aunque controlar las emociones no es algo sencillo y a menudo se convierte en una trampa que nos lleva a reprimirlas y dejar que se acumulen, es posible cambiar las circunstancias y nuestros pensamientos para lograr un control emocional saludable.

Por ejemplo, puede ser que planifiques tus acciones de forma que las posibilidades de fracaso sean mayores que las de éxito. De esta forma, te acostumbras a cultivar un estado emocional asociado al fracaso, que ya te condiciona a fracasar en nuevos intentos. Así que empieza por cambiar la forma de planificar tus acciones, para que el éxito sea la nueva norma.

La procrastinación por desencadenantes internos también está vinculada a los hábitos emocionales. Combatir este tipo de trampa implica mucho autoconocimiento y cierta sabiduría para combatir los pensamientos saboteadores con nuevos pensamientos, que pueden provocar nuevos estados emocionales.

Permitirse estar en piloto automático es también un hábito emocional que comúnmente lleva a mantener otros hábitos que son dañinos. Así que ¡haz siempre el ejercicio de reflexionar sobre tus acciones! La racionalidad es la clave para cambiar los hábitos emocionales.

Hábitos de las plantas

Poca gente lo sabe, pero la palabra "hábito" también se utiliza para especificar el modo de vida de una planta cuando es adulta. Hay plantas que no tienen un tipo de hábito específico, pero la presencia de uno es un indicio importante de la ecología de la planta y, más concretamente, de cómo se adapta al entorno.

Por ejemplo, la hierba es un tipo de hábito. Las plantas herbáceas suelen ser verdes y poco resistentes, y su tallo sólo tiene una estructura primaria. Los arbustos son otra categoría de hábito, caracterizados por un tallo resistente, con ramas cercanas al suelo. Los árboles son otro ejemplo, además de muchos otros tipos de plantas, como las epífitas y las parásitas.

Hábito religioso

Aunque no es el tipo de hábito al que se refiere este artículo, merece la pena señalarlo como uno de los posibles significados de la palabra. En el ámbito religioso, el hábito es una prenda de vestir que llevan las figuras religiosas en algunos contextos.

Este tipo de vestimenta puede estar presente en diferentes religiones, pero en el escenario brasileño es muy común en el catolicismo. Un sacerdote, por ejemplo, lleva un hábito específico para celebrar la misa. Las prendas típicas de las monjas también son hábitos, y representan sus votos y su dedicación a la vida religiosa.

También podemos hablar de hábitos religiosos en el sentido común del término para las prácticas rutinarias asociadas a una religión. Por ejemplo, algunos católicos tienen el hábito de rezar el rosario, los seguidores del Islam suelen rezar cinco veces al día, los budistas suelen tener la meditación como práctica recurrente y los que pertenecen al Candomblé pueden tener la costumbre de hacer ofrendas a los orixás (deidades).

Es habitual que las religiones incluyan prácticas específicas que forman parte de la rutina de los adeptos. Y, según los estudios científicos, la fe y las prácticas religiosas pueden tener resultados beneficiosos para la salud de quienes las practican.

La dificultad de cambiar de hábitos

Hay un refrán que dice: "Los viejos hábitos no mueren". Esto tiene algo de cierto, porque el cerebro tiende a seguir caminos ya conocidos y a repetir sus patrones en un intento de ahorrar energía. En otras palabras, suele estar en una especie de piloto automático.

Aunque esto suene desalentador, no es una sentencia definitiva. Al igual que tu cerebro ha aprendido los patrones ya interiorizados, es capaz de desaprenderlos y crear otros nuevos. Así que no te rindas!

Cómo iniciar los buenos hábitos

Para adquirir nuevos hábitos, primero hay que tener una idea clara en la mente de cuáles son esos hábitos a los que se aspira y por qué se quieren tener. Pero no basta con idealizar, hay que ponerlo en práctica, y esto hay que hacerlo repetidamente.

Las adaptaciones graduales ayudan a que el proceso sea más natural y fácil, pero la persistencia siempre será la clave. También hay que entender que es normal tener recaídas y no ser constante todo el tiempo, pero no hay que dejar que eso haga tambalear la motivación.

Cómo eliminar los malos hábitos

La búsqueda de nuevos hábitos, más sanos y funcionales, suele venir acompañada de la necesidad de deshacerse de los hábitos que nos perjudican. Este proceso no es fácil, pero al igual que la adquisición de nuevos hábitos, la eliminación de los mismos requiere persistencia y entender por qué se quiere.

Además, el autoconocimiento ayuda mucho en este proceso. Identificar los factores desencadenantes, por ejemplo, que conducen a los malos hábitos te da la oportunidad de evitar o encontrar nuevas formas de afrontar los contextos que los provocan.

Encontrar sustitutos para los hábitos no deseados es una buena manera de hacerlo. Estos sustitutos deben ser alternativas fáciles y hacer que sea imposible, de alguna manera, repetir el mal hábito.

Hábitos matutinos

Tus hábitos matutinos pueden marcar el tono de tu día. El momento en que te levantas y las primeras cosas que haces en el día envían un mensaje a tu cuerpo y dictan el ritmo de, al menos, el comienzo del día, y la tendencia natural es que ese ritmo continúe. Echa un vistazo a algunos hábitos que te pueden ayudar a empezar el día de la manera correcta.

Despertar temprano

La comunidad "Odio despertarme temprano" era una de las más populares en el difunto sitio de Orkut. A mucha gente le cuesta despertarse y, sobre todo, madrugar. La tentación de quedarse en la cama después de que suene el despertador es grande, y hace falta mucha fuerza de voluntad para levantarse.

Pero como cualquier hábito que se crea deliberadamente, despertarse y madrugar se hará más fácil a medida que se persiste en ello. Y es un hábito que hace que el día vaya más fluido, ya que empiezas a disfrutarlo y a organizarte a primera hora de la mañana. Para combatir la tentación de estirar el brazo, apagar el despertador e irse a dormir, puedes poner el teléfono más lejos para tener que levantarte.

Puedes adelantarte y poner el despertador a la hora que es tu objetivo, pero hacer una adaptación más gradual aumenta tus posibilidades de éxito y hace que el proceso sea más suave. En este caso, aumenta gradualmente hasta 15 o incluso 30 minutos antes, empezando por tu hora habitual, y observa cómo reacciona tu cuerpo.

Preparando la cama

Algunas personas no ven el sentido de hacer la cama si la van a usar de nuevo por la noche (o incluso antes), y puede dar pereza cuando tu cuerpo aún se está despertando, pero hacer la cama es una forma de salir del "modo pereza" y de indicar a tu cuerpo y a tu mente que el día ha comenzado.

También ayuda a organizar nuestros pensamientos: al ordenar el entorno, nuestros pensamientos tienden a ordenarse también, lo que favorece la productividad. Así que ordenar la cama no es una pérdida de tiempo, sino todo lo contrario, ¡es una forma de optimizar la rutina!

Bebe agua nada más levantarte

¿Has notado alguna vez que tu orina tiende a volverse amarilla y oscura cuando te despiertas? Esto se debe al tiempo que has pasado sin ir al baño ni hidratarte durante la noche. Aunque es completamente normal en este momento (pero no a lo largo del día), es la forma que tiene tu cuerpo de indicarte que es hora de vaciar la vejiga e hidratarte.

Nada más levantarte, bebe agua. Puedes tener un vaso o una botella de agua en tu habitación para que te resulte más fácil y también para que te ayude a recordarlo. Empezar el día manteniéndote hidratado hace mucho bien, y tu cuerpo te lo agradecerá.

Hábitos alimenticios

Dicen que "somos lo que comemos". Aunque no te convertirás en un repollo si comes esta verdura, es cierto que tu dieta tiene una gran influencia en tu salud interna e incluso en tu aspecto.

Comer verduras

Las verduras tienen nutrientes muy importantes para nuestro organismo, como las frutas, las hortalizas y las legumbres. Aunque no seas un gran aficionado a las verduras, deberías añadirlas a tu dieta. A la hora de comer, no renuncies al menos a una ensalada, aunque esté mezclada con el resto de la comida.

Ponte como objetivo tener siempre más de un tipo de fruta en casa y consumir algo de fruta cada día. Las frutas suelen tener fibra, vitaminas y muchos otros nutrientes importantes, y algunas incluso tienen acción antioxidante. Si te gusta el postre, sustituir un dulce por una fruta al menos una buena parte de los días te hará mucho bien.

Un día sin carne

Los que han hecho recientemente la transición al vegetarianismo o al veganismo conocen muy bien los beneficios de dejar la carne. Pero si no quieres, no necesitas adherirte a dietas completamente libres de carne para aprovechar estos beneficios.

Sustituir la proteína animal por alimentos de origen vegetal al menos una vez a la semana, además de ser una actitud que beneficia a los animales y al medio ambiente, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y de otro tipo. Esta idea es la que predica Meatless Monday, una campaña internacional.

También hay quien dice que renunciar a la carne, sobre todo a la roja, hace que te sientas más ligero y con más ganas. Puedes probar esta hipótesis de forma más suave, simplemente reduciendo el consumo de carne roja y apostando más por el pescado para comer, por ejemplo.

Desayunar

Algunos consideran que el desayuno es más importante incluso que el almuerzo. Le da al cuerpo la energía que necesita para empezar el día, y es muy importante para el estado de ánimo y el bienestar comer justo después de despertarse, sobre todo teniendo en cuenta el tiempo que se pasa sin comer durante la noche.

Algunas personas no tienen hambre por la mañana o incluso sienten náuseas y, por lo tanto, les resulta difícil comer. Si este es el caso, ingiere alimentos ligeros y come despacio. Si te resulta más fácil beber algo que masticar, un plátano-vitamina es una buena opción. Pero si te gusta comer por la mañana y tienes bastante hambre, puedes hacer una buena comida, sin dejar de lado las opciones más saludables.

Hábitos saludables para la mente

Un poeta romano dijo una vez: "Mente sana, cuerpo sano". Cuidar el cuerpo es lo que más nos viene a la mente cuando hablamos de hábitos saludables, pero ¿cómo está la cabeza? La salud psíquica, además de repercutir en la salud del cuerpo, es importantísima para la calidad de vida. Por eso, echa un vistazo a algunas formas de cuidar tu salud mental.

Tener una afición

Un hobby es una actividad que se practica con el objetivo principal de divertirse. Esto es motivo suficiente para tener hobbies, pero pueden ir mucho más allá del entretenimiento. Ayudan a desestresarse y a realizar esa famosa higiene mental, y suelen trabajar en el desarrollo y mantenimiento de nuevas habilidades.

Por ejemplo, tocar un instrumento musical por placer desarrolla la creatividad y algunas formas de inteligencia, además de la propia habilidad musical. Jugar al tenis para pasar el rato también ayuda a la inteligencia y es una excelente forma de actividad física.

No tiene por qué ser un tipo de actividad específico: lo importante es que sea algo placentero y relajante. Cualquier actividad ejercida como hobby tiene el potencial de desarrollar diferentes habilidades y hacernos personas más interesantes y satisfechas.

Practicar la meditación

La meditación es un hábito excelente para la salud mental e incluso ayuda a la salud física. Puede reducir el estrés, estimular la creatividad, mejorar la capacidad de resolución de problemas y la memoria, ayudar al autocontrol e incluso aliviar trastornos como el insomnio y la depresión.

Todos estos beneficios están probados científicamente, y los que tienen el hábito de meditar lo suscriben. Así que, ¿por qué no empezar? Hay varias meditaciones guiadas en Internet para facilitar el proceso. Empieza con meditaciones cortas y aumenta gradualmente el tiempo si lo deseas.

Ir a terapia

Quienes piensan que la terapia es sólo para personas con trastornos psíquicos se equivocan. El asesoramiento psicológico ayuda a afrontar los problemas cotidianos de forma asertiva y funcional y los asuntos del pasado que aún pueden causar sufrimiento, además de ser excelente para el autoconocimiento y para mejorar diversas áreas de la vida.

Existe la terapia presencial convencional y, para quienes tienen dificultades para desplazarse a la clínica, la terapia online es una excelente opción, cada vez más habitual, y puede tener tanto efecto como la terapia presencial.

Para aquellos que piensan que la terapia es algo muy caro y no pueden pagarla, vale la pena revisar las opciones que ofrece su ciudad. Hay acompañamiento psicológico a través del SUS, por ejemplo, y también hay clínicas escolares que ofrecen atención gratuita y profesionales que brindan atención con valor social.

Cuidar de ti

¿Qué te hace sentir bien? Quizá abrir un vino y escuchar tu música favorita, quizá hacer esa súper sesión de cuidado de la piel y de hidratación del cabello, quizá arreglarte y hacerte unas fotos... Lo importante es reforzar tu autoestima y recordarte lo especial que eres.

Hábitos saludables para el cuerpo

Todo el mundo sabe que una buena alimentación y la práctica de ejercicios físicos son fundamentales para la salud del organismo, pero hay otros hábitos que pueden hacerle mucho bien a tu cuerpo, ¿lo sabías? Sigue leyendo para saber más!

Estiramiento

Mucha gente ya sabe que es importante estirar antes y después de realizar una actividad física, pero ¿sabías que lo correcto es estirar todos los días, aunque no estés haciendo ejercicio?

Nuestros músculos necesitan esa llamada de atención de vez en cuando, sobre todo por la mañana. Date un buen estiramiento nada más levantarte y aprovecha la pared y los muebles cercanos para hacer unos sencillos estiramientos. Así empezarás el día mucho mejor.

Además, para los que trabajan con el ordenador y, sobre todo, para los que teclean mucho, ¡es muy importante estirar! Y los brazos, las manos y los dedos necesitan un cuidado extra en este sentido, para poder prevenir las lesiones y las molestias causadas por el esfuerzo repetitivo. Si no sabes por dónde empezar, es bastante fácil encontrar un tutorial en Youtube que te guíe.

Caminar

Escoge un momento del día, ponte unas zapatillas cómodas y sal a pasear. Vale la pena ir en coche a un lugar bonito y tranquilo, dar una vuelta a la manzana, salir a correr por el condominio (si vives en uno) o incluso pasear por el patio trasero.

Lo importante es que tu cuerpo se mueva y libere endorfinas y otras sustancias que te aporten bienestar. Puedes llamar a alguien para que te acompañe y charlar o escuchar música por el camino para que el paseo sea más divertido.

Utilizar las escaleras

Si tiene la opción de utilizar el ascensor o las escaleras, ¿por qué no aprovecha la oportunidad de hacer un poco de ejercicio y desafiarse a sí mismo, siempre que sea físicamente capaz de utilizar las escaleras y no tenga una agenda apretada, por supuesto?

Si aprovechas las pequeñas oportunidades para activar tu cuerpo, haces ejercicio a lo largo del día sin darte cuenta y cosechas los beneficios. Así que elige las escaleras!

Tenga siempre una botella de agua

Siempre que salgas, e incluso dentro de casa, ten cerca una botella de agua. Así es más fácil acordarse de beber agua y no tienes excusa para no hidratarte a lo largo de las horas.

Cuando salgas, el miedo a derramar agua en el bolso o la falta de una bolsa en la que quepa tu botella no tiene por qué detenerte. Hay alternativas interesantes que te ahorrarán el trabajo de llevar tu botella, como fundas con correas u otros mecanismos para colgarla en el hombro, en el cinturón o incluso en el bolso.

Dormir 8 horas al día

Levantarse temprano es uno de los hábitos que puedes adquirir para mejorar tu productividad y tu calidad de vida. Pero es importante tener en cuenta que para levantarse temprano hay que dormir antes, al fin y al cabo tu cuerpo necesita un mínimo de horas de sueño.

Tal vez no duermas lo suficiente, incluso sin despertarte temprano. Es un mal hábito muy común, pero es posible cambiarlo. Al igual que el hecho de despertarte más temprano, puedes adaptar tu hora de dormir poco a poco si te resulta difícil sentir sueño a la hora adecuada.

Intenta dejar de usar las pantallas (sobre todo la del móvil) 1 o 2 horas antes de acostarte, o al menos utiliza una app que filtre la luz azul. Esto ayuda mucho a que tu cerebro entienda que es hora de bajar el ritmo.

La media recomendada es de unas 8 horas de sueño por noche. Tu necesidad puede ser un poco menos o incluso un poco más que eso, pero lo más seguro es apuntar a ese tiempo y ver cómo reacciona tu cuerpo.

Cómo mantener los buenos hábitos

Pensemos en el momento en que ya has decidido qué hábitos quieres adquirir y ya has dado el primer paso. Ahora, ¿cómo mantenerlos? Aquí tienes algunos consejos para que, efectivamente, se conviertan en hábitos.

Esfuerzo mínimo

La regla del mínimo esfuerzo consiste en hacer pequeños cambios para que el proceso de adquisición del nuevo hábito sea gradual. Como tu cerebro tiende a oponerse a la idea de hacer mucho más esfuerzo del que está acostumbrado, esto lo hace mucho más fácil.

Si, por ejemplo, empiezas de repente una actividad física a una intensidad muy alta, lo más probable es que no la mantengas y sientas ese impulso de no empezar el ejercicio la próxima vez. Pero si aumentas gradualmente la intensidad y la frecuencia, tu cuerpo no sentirá un impacto tan grande y la tendencia es que acepte el cambio más fácilmente.

Asociarse con lo que ya hace

Asociar los nuevos hábitos deseados con cosas que ya hace de forma recurrente es un atajo eficaz para su adquisición. Si asocia el cepillado de los dientes con la comida, por ejemplo, al cabo de un tiempo sentirá de forma natural la necesidad de lavarse los dientes justo después de comer.

Descubrir el sabotaje

¿Conoces la trampa del "ya lo haré mañana"? No caigas en ella! Estate atento a los desencadenantes que te llevan a la procrastinación y combátelos siempre. La procrastinación que comienza con pensamientos como la idea de dejarlo para el día siguiente es bastante común, y la clave para ello es combatir los pensamientos saboteadores con otros nuevos, como "¿por qué no ahora, si puedo hacerlo?".

Algunos obstáculos pueden combatirse con actitudes que deben precederlos. Por ejemplo, si la idea es cambiar de dieta y te da pereza preparar la comida, tómate un día libre para dejar la comida preparada para toda la semana. Así no tendrás excusas.

Si tu objetivo es crear una rutina de estudio y tu teléfono es una distracción, apaga el teléfono de antemano o bloquea las aplicaciones que son una fuente de tentación. Hay algunas maneras de hacerlo, como el modo de ultra ahorro de energía o aplicaciones específicas para ayudarte a mantener la concentración.

Reconozca su éxito

Es habitual que tendamos a condenarnos por los pequeños fracasos y no demos el debido reconocimiento a las pequeñas victorias. Date crédito: si has tenido éxito en algo, permítete alegrarte por ello y sentirte orgulloso.

Puedes hacer un diario de pequeñas victorias para comprobarlo al final del día y sentirte orgulloso de lo que has conseguido. Así, al día siguiente, la motivación para conseguir nuevas victorias será mucho mayor.

Transparencia en las motivaciones

Ser transparente contigo mismo sobre tus propias motivaciones te ayudará mucho a entender por qué quieres algo y a mantenerte centrado.

Por ejemplo, ¿quieres adquirir el hábito de beber agua varias veces al día? Entiende por qué: para hidratarte más, para mejorar el funcionamiento de tus riñones, para que tu piel esté más bonita... ¡Escríbelo todo! Cuanto más específicos sean los objetivos que escribas, mejor.

También puedes hacer mapas mentales o utilizar otros recursos, como las imágenes. La idea es elegir la forma de visualización que mejor te funcione, interiorizar bien tus motivos y tener la posibilidad de mirar lo que has grabado cada vez que empieces a perder la motivación.

¿Es realmente posible cambiar los hábitos?

Cambiar los hábitos no es una tarea fácil, pero es perfectamente posible. Y no tiene por qué ser un proceso tan desagradable como puede parecer.

Además de ser persistente tanto en el abandono de los viejos hábitos como en la adquisición de los nuevos, debes ser tolerante contigo mismo y entender que es normal retroceder un poco después de haber avanzado. Es normal recaer, y eso no significa que vayas a fracasar o que no seas capaz.

Permítete alegrarte con las pequeñas victorias y reconoce tus avances, incluso antes de llegar al punto que te propones. Sólo por tener la voluntad de evolucionar ya estás en el camino correcto, y la verdad es que siempre estaremos en constante evolución (que implica pequeñas involuciones ocasionales). Enhorabuena por querer desafiarte a ti mismo y ¡suerte en el camino!

Como experta en el campo de los sueños, la espiritualidad y el esoterismo, me dedico a ayudar a otras personas a encontrar el significado de sus sueños. Los sueños son una herramienta poderosa para comprender nuestra mente subconsciente y pueden ofrecer información valiosa sobre nuestra vida diaria. Mi propio viaje al mundo de los sueños y la espiritualidad comenzó hace más de 20 años, y desde entonces he estudiado mucho en estas áreas. Me apasiona compartir mi conocimiento con otros y ayudarlos a conectarse con su ser espiritual.