¿Qué es un trastorno alimentario? ¡Los tipos, los signos, los tratamientos y más!

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Jennifer Sherman

Consideraciones generales sobre los trastornos alimentarios

Hoy en día los cánones de belleza son cada vez más exigentes, lo que hace que jóvenes y adultos vayan detrás del cuerpo perfecto, que cumple con todos los estándares requeridos. Hay personas que encuentran defectos o incluso desarrollan paranoias sobre su cuerpo, como pensar que tienen sobrepeso, pero en realidad no lo tienen.

Este tipo de comportamiento puede ser una señal seria del inicio de un trastorno alimentario. La persona insatisfecha con su cuerpo intentará a toda costa conseguir el cuerpo ideal a través de diversas formas, desde forzar el vómito, usar esteroides anabólicos o ayunar constantemente.

Los trastornos alimentarios son mucho más constantes entre los 15 y los 27 años en Brasil. Al fin y al cabo, los jóvenes de esta franja de edad son los que se sienten más inseguros e incluso incómodos con su cuerpo.

El trastorno alimentario y su historia

El trastorno alimentario es un grave trastorno mental muy presente en la actualidad y que agrega varios factores. En los temas que siguen hablaremos más sobre este tipo de patología, sus orígenes y el tratamiento más adecuado para ella.

¿Qué es un trastorno alimentario?

El trastorno alimentario o trastorno por atracón (TEA) es un trastorno mental en el que la persona que lo padece tiene una conducta alimentaria que afecta a su salud tanto física como mental.

Este tipo de trastornos son considerados patologías por la CIE 10 (Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud), el DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Existen varios tipos de trastornos alimentarios, entre ellos el trastorno por atracón (BED), en el que el individuo ingiere grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo, y la anorexia nerviosa, en la que la persona come muy poco y, en consecuencia, queda por debajo de su peso ideal.

Por lo general, las personas que padecen estos trastornos alimentarios presentan también trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), así como abuso de drogas y alcohol, y también están relacionados con la obesidad.

Historia

Los trastornos alimentarios pueden parecer una enfermedad "nueva" hoy en día, pero en realidad ya estaban presentes hace muchos siglos. La anorexia, por ejemplo, existe desde la Edad Media con las "santas anoréxicas".

Como sus vidas estaban totalmente dedicadas a la religión y a Dios, practicaban el ayuno autoimpuesto como una forma de asemejarse a Cristo crucificado, y esta práctica les hacía sentirse más "puros" y más cerca de nuestro Señor.

Un ejemplo de un posible diagnóstico de anorexia nerviosa en el pasado fue Santa Catalina, nacida en la región italiana de la Toscana en 1347. Con sólo seis años, la joven tuvo una visión con Jesús junto a los apóstoles Pedro, Pablo y Juan y, a partir de ese momento, su comportamiento y su vida se transformaron totalmente.

A los siete años se consagró a la Virgen María y prometió permanecer virgen y no comer nunca carne, comportamiento este último muy común entre las anoréxicas de hoy en día.

A la edad de 16 años, Catalina se unió a las Mantelatas, que era una orden de mujeres viudas que vivían en casa bajo reglas muy estrictas dedicándose a la oración y a ayudar a los necesitados.

Catalina se pasaba horas y horas rezando en su habitación y sólo se alimentaba de pan y hierbas crudas, y cuando se le obligaba a alimentarse correctamente la joven recurría a los vómitos.

Por más que intentaban hacerla comer bien, ella se justificaba diciendo que la propia comida la enfermaba y no al revés. Hizo un gran ayuno durante dos meses y medio, desde la Cuaresma hasta la ascensión del Señor, sin comer ni siquiera beber líquidos.

A la edad de 33 años, Catalina tenía una salud extremadamente precaria y no aceptaba comida ni bebida, hasta que murió el 29 de junio de 1380 y fue canonizada por el Papa Pío XII.

¿Existe una cura para el trastorno alimentario?

Existe un tratamiento adecuado para hacer frente a los trastornos alimentarios, que consiste en un seguimiento psicológico y nutricional, con el fin de alcanzar un peso adecuado a su IMC, además de la práctica regular de ejercicio físico y la reducción de los hábitos de devolver la comida o comer en exceso.

Puede ser necesario el uso de antidepresivos y topiramato (un anticonvulsivo que también actúa como estabilizador del estado de ánimo). En los casos más graves y crónicos, el paciente puede necesitar ser hospitalizado o incluso someterse a una cirugía bariátrica.

Es un tratamiento que puede ser laborioso y de larga duración, pero con mucho esfuerzo y dedicación, hay una forma de superar esta patología alimentaria.

Señales de advertencia de los trastornos alimentarios

Hay varios signos que hay que tener en cuenta cuando se está iniciando un trastorno alimentario. Ya sea la pérdida de peso repentina, la restricción alimentaria o el aislamiento social, hay que preocuparse si se ve que un familiar, un amigo o incluso uno mismo muestra alguno de estos síntomas.

A continuación hablaremos con más detalle de cada una de estas señales y de qué hacer ante cada una de ellas.

Pérdida de peso repentina

La pérdida de peso de forma inesperada es uno de los síntomas más comunes de quienes sufren trastornos alimentarios. La persona puede negar la comida o comer, y en algunos casos cuando está comiendo tiende a dejar fuera buena parte de la comida del plato y no comer. Este tipo de comportamiento es muy común entre las personas que sufren anorexia o bulimia.

Restricción dietética autoimpuesta

La persona que padece este tipo de trastorno tiende a restringir ciertos grupos de alimentos o la cantidad de comida que ingiere. Puede negarse a comer ciertos tipos de alimentos por intolerancia o por gusto y acabar comiendo sólo un tipo de alimento, perdiéndose los nutrientes de una dieta equilibrada.

Aislamiento social

El paciente con trastornos alimentarios también puede presentar un comportamiento relacionado con el aislamiento social. Estas personas pierden el interés por reunirse o hablar con los amigos, o por realizar acciones cotidianas como sentarse a la mesa a comer con la familia o ir al colegio.

Las causas más comunes de los trastornos alimentarios

Los trastornos alimenticios pueden tener sus causas y orígenes en varios factores existentes, ya sean psicológicos, biológicos, de personalidad o influencias externas del lugar donde vive la persona. En los siguientes temas hablaremos más sobre cada uno de estos factores y cómo pueden influir en que alguien tenga este tipo de trastorno.

Factores genéticos

Las personas que tienen familiares que ya han padecido un trastorno alimentario durante su vida tienen la misma predisposición a padecer también la misma enfermedad.

En otras palabras, las personas que tienen un pariente de primer grado que ha sufrido uno de estos trastornos tienen una probabilidad mucho mayor de desarrollar esta enfermedad que alguien que no tiene ningún pariente con estos antecedentes.

Según las investigaciones, hay genes específicos que influyen en las hormonas, como la leptina y la grelina, que pueden influir directamente en la personalidad de una persona y en el comportamiento asociado a enfermedades como la anorexia o la bulimia.

Factores psicológicos

Factores psicológicos como el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), el Trastorno por Déficit de Atención (TDAH), la depresión y los trastornos de pánico se asocian como posibles causas de los trastornos alimentarios. Ciertos comportamientos como la impulsividad, la procrastinación, la impaciencia y la tristeza se asocian a las bajas señales de saciedad o a la falta de hambre.

Además, los problemas personales o los traumas también pueden ser desencadenantes del desarrollo de algunos de estos trastornos, como una dimisión en el trabajo, la muerte de un ser querido, un divorcio o incluso problemas de aprendizaje como la dislexia.

Factores biológicos

El eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), que es un conjunto de interacciones de respuesta en las que intervienen el hipotálamo, la hipófisis y la glándula suprarrenal y que se encarga de controlar el estrés, la digestión y el sistema inmunitario, puede estar muy relacionado con los trastornos alimentarios.

Si se produce algo anormal durante esta distribución, hay muchas posibilidades de que se produzca un trastorno alimentario en la persona.

Resulta que la serotonina es la que controla nuestra ansiedad y nuestro apetito, mientras que la dopamina desempeña un papel importante en el sistema de refuerzo y recompensa. Las personas con trastornos alimentarios acaban sintiendo poco o prácticamente ningún placer al comer y entre otros estímulos y actividades.

Personalidad

La personalidad puede ser un factor importante en el desarrollo de un trastorno alimentario, como la baja autoestima, el perfeccionismo, la impulsividad, la hiperactividad y los problemas de autoaceptación. Además, hay algunos trastornos de la personalidad que también conllevan riesgos e influyen en el desarrollo de estas patologías:

Trastorno de la personalidad por evitación: son personas muy perfeccionistas, que evitan el contacto social con los demás, en las relaciones románticas tienden a ser muy tímidas por miedo a la vergüenza o a la victimización y se preocupan excesivamente por las críticas y la opinión de los demás.

Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad: Consiste en un comportamiento extremadamente perfeccionista hasta el punto de intentar organizar las cosas para que se hagan de una manera muy específica con el fin de alcanzar la perfección. Los afectados tienden a querer hacer las cosas por sí mismos con miedo y desconfianza hacia los demás, además de tener un comportamiento compulsivo, y emociones restringidas.

Trastorno límite de la personalidad: También conocido como trastorno límite de la personalidad, en el que intervienen tanto la psicología como la psiquiatría, y que suele ser difícil de diagnosticar. Se trata de personas muy impulsivas con tendencias autodestructivas, que pueden tener arrebatos de odio y, en casos más extremos, pueden llegar a suicidarse.

Son autodestructivos y pueden llegar a autolesionarse, provocando cortes por todo el cuerpo. También pueden mostrar rebeldía y necesidad emocional. Trastorno narcisista de la personalidad: consiste en personas con una personalidad y un ego muy inflados, que necesitan atención y admiración excesiva por parte de otras personas.

En las relaciones íntimas suelen ser muy tóxicas y problemáticas, principalmente por la falta de empatía y el egoísmo de la persona, pero su autoestima es muy vulnerable y frágil, hasta el punto de que cualquier crítica vuelve a esta persona loca.

Presiones culturales

En la cultura occidental, la delgadez se considera el estándar de belleza para las mujeres, y muchas profesiones exigen un peso ideal para las mujeres, como las modelos profesionales, y las personas un poco más delgadas u obesas son objeto de acoso y vergüenza.

Hay personas que juzgan que su cuerpo está por encima del peso ideal y acaban tomando medidas extremadamente peligrosas para perder tiempo, como en el caso de la anorexia en la que la persona se provoca el vómito de todo lo que ha comido porque se siente culpable de ganar peso.

Influencias externas

Las influencias externas procedentes de la infancia del paciente pueden ser un gran factor para el desarrollo de este tipo de enfermedad. El comportamiento de los padres o familiares puede desencadenar estos hábitos alimenticios desde la infancia. El comportamiento obsesivo por el peso, la dieta y la delgadez.

El propio entorno escolar también puede influir en el comportamiento alimentario de una persona. El acoso que practican los niños con los más gordos y las grandes expectativas tanto de los padres como de los profesores en el rendimiento del niño son también un gran atractivo para la aparición de trastornos alimentarios.

Anorexia nerviosa, síntomas y tratamiento

La anorexia nerviosa, también conocida simplemente como anorexia, es una enfermedad silenciosa cuya principal característica es la pérdida repentina de peso. En los siguientes temas hablaremos con más detalle de esta patología y de cómo tratarla.

Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario en el que el paciente tiene mucho miedo a engordar y ganar peso, teniendo el deseo extremo de ser delgado o de mantenerse delgado. Estas personas restringen su alimentación, negándose a menudo a comer o cuando comen, tienen ese sentimiento de culpa, obligándoles a vomitar todo lo que han comido.

Síntomas de la anorexia nerviosa

Los síntomas más comunes de esta enfermedad son la pérdida repentina de peso, hasta el punto de caer por debajo del peso ideal, la práctica excesiva de actividades físicas.

En las mujeres que ya están en la pubertad se da la ausencia de tres o más menstruaciones porque la anorexia puede traer serias complicaciones al aparato reproductor femenino, una disminución o ausencia de la libido, y en el caso de los hombres puede haber disfunción eréctil y retraso en el crecimiento con malformaciones en los huesos como los de las piernas y los brazos.

También pueden aparecer otros síntomas, como descalcificación de los dientes y caries debido a los vómitos constantes, depresión y tendencias suicidas, estreñimiento y bulimia más adelante.

Tratamiento de la anorexia nerviosa

El tratamiento debe realizarse con medicamentos para la depresión y la ansiedad, como la fluoxetina y el topiramato para tratar los pensamientos obsesivos y compulsivos, así como la olanzapina, que es un medicamento para el trastorno bipolar pero que se utiliza para estabilizar el estado de ánimo del paciente.

También se lleva a cabo un tratamiento psicológico mediante psicoterapia familiar y terapia cognitivo-conductual. También se lleva a cabo una dieta con el objetivo de que el paciente recupere su peso ideal. A veces se utiliza una sonda nasogástrica para inyectar alimentos desde las fosas nasales hasta el estómago.

Bulimia nerviosa, síntomas y tratamiento

La bulimia al igual que la anorexia tiene síntomas similares a la anorexia, sin embargo ambas son enfermedades bastante distintas. A continuación hablaremos más sobre esta patología, sus síntomas y el tratamiento adecuado.

Bulimia nerviosa

Este trastorno consiste en la pérdida inmediata de peso y la fatiga con varios otros factores como la práctica de dietas poco saludables, el uso excesivo de cafeína y drogas. Suelen utilizar métodos para perder peso como el uso de diuréticos, estimulantes, no tomar líquidos y hacer ejercicios físicos de forma exagerada.

La bulimia también puede estar relacionada con otros trastornos como la depresión, la ansiedad, la drogadicción, el alcoholismo, la automutilación y, en casos muy graves, el suicidio.

Estas personas tienden a pasar varios días sin comer para intentar perder más peso, sin embargo, luego caen en esa gula y se atiborran de grandes cantidades de comida, lo que les lleva a sentir culpa y remordimientos de conciencia.

Como el organismo acaba permaneciendo mucho tiempo sin absorber ningún alimento, provocando una mayor absorción de grasa en cuanto la persona vuelve a comer, esto acaba provocando un círculo vicioso de culpabilidad y compulsión por perder peso.

Síntomas de la bulimia nerviosa

Los síntomas más comunes son la pérdida repentina de peso, el estado de ánimo deprimido e inconstante, los problemas dentales y la piel muy seca debido a los vómitos constantes, la menstruación irregular, la arritmia cardíaca y la deshidratación.

Tratamiento de la bulimia nerviosa

El tratamiento de la bulimia nerviosa se lleva a cabo mediante una terapia cognitivo-conductual, el uso de antidepresivos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y un control nutricional.

Ortorexia nerviosa, síntomas y tratamiento

La ortorexia es un término creado por el médico estadounidense Steve Bratman, que se utiliza para indicar a las personas con hábitos alimentarios excesivamente saludables. Aunque este término es reconocido por los médicos como un trastorno alimentario, no se utiliza como diagnóstico en el DSM-IV.

A continuación hablaremos más sobre esta enfermedad que puede resultar desconocida para la mayoría de las personas.

Ortorexia nerviosa

El paciente con otorexia tiene una obsesión por seguir una dieta saludable, excluyendo otros alimentos que considera "impuros" o malos para la salud como los colorantes, las grasas trans, los alimentos que tienen demasiada sal o azúcar.

Estas personas tienen una forma tan exagerada de ver la dieta sana al pie de la letra que la evitan a toda costa e incluso ayunan de aquellos alimentos que consideran perjudiciales.

Síntomas de la ortorexia nerviosa

Las personas que padecen ortorexia suelen tener graves problemas de carencias alimentarias, especialmente de un nutriente específico, así como anemia y deficiencias vitamínicas.

Puede tender a aislarse, ya que es muy difícil encontrar un compañero que comparta los mismos hábitos que ella. También puede querer evitar compromisos o actividades que impliquen comida, como una comida familiar o fiestas y reuniones.

Tratamiento de la ortorexia nerviosa

Al tratarse de un trastorno que no está del todo reconocido, no existe un tratamiento certero. Sin embargo, es aconsejable seguir un tratamiento psicoterapéutico y nutricional, con la esperanza de que el paciente cambie su forma de pensar y deje que esta paranoia le afecte de forma brutal.

Alotriofagia, síntomas y tratamiento

La alotriofagia, también conocida como pica o alotriogeusia, es una enfermedad rara en la que el ser humano desarrolla un apetito por sustancias y objetos no considerados comestibles. A continuación detallaremos más sobre esta enfermedad, sus síntomas y el tratamiento adecuado.

Alotriofagia

El trastorno alotriofágico consiste en que el individuo ingiere sustancias no alimentarias o no aptas para el consumo humano. Pueden ser tizas, piedras, tierra, papel, carbón vegetal, etc. La persona también comerá ingredientes alimentarios crudos como harina, o tubérculos y almidones. Hay pacientes que incluso ingieren heces de animales, uñas o sangre y vómitos.

Esta enfermedad es mucho más común en los niños cuando se están iniciando en la alimentación, pero también puede aparecer en los adultos y puede indicar algún otro problema como falta de hierro o zinc si la persona está comiendo tierra, o problemas mentales.

Síntomas de la alotriofagia

Los síntomas más evidentes son el deseo de ingerir sustancias no comestibles. Este comportamiento debe persistir durante un mes para que se diagnostique como alotriofagia. Las personas con alotriofagia también pueden experimentar síntomas de intoxicación alimentaria, como vómitos, diarrea o dolor de estómago.

Tratamiento de la alotriofagia

En primer lugar, es necesario averiguar de dónde proviene esta condición anormal, si es necesario utilizar suplementos alimenticios o un cambio en los hábitos alimenticios si es el caso de la falta de ciertos nutrientes y vitaminas.

Ahora bien, si esta manifestación se debe a una enfermedad mental, el paciente necesita un seguimiento psicológico y ser inducido a no volver a comer este tipo de organismos.

TCAP, síntomas y tratamiento

El BED o trastorno por atracón, a diferencia de la bulimia, el individuo ingiere grandes cantidades de comida en un periodo corto de tiempo (hasta dos horas), pero no tiene una conducta compensatoria para perder peso. En los siguientes temas hablaremos más sobre esta patología y su mejor tratamiento.

Trastorno por atracón (BED)

El BED consiste en que el individuo ingiere grandes cantidades de comida en muy poco tiempo, lo que le hace perder el control de cuánto o qué come.

Para ser diagnosticado con esta enfermedad el paciente debe realizar este comportamiento al menos dos días por semana en seis meses, teniendo la pérdida de control, el aumento de peso en sí mismo y también no estar presentes los comportamientos compensatorios para perder peso, como los vómitos y el uso de laxantes y el ayuno.

Síntomas de BED

Los síntomas más comunes del BED son el propio aumento de peso, hasta el punto de que algunos pacientes necesitan someterse a una cirugía bariátrica, la depresión acompañada de angustia y sentimientos de culpa y la baja autoestima.

Las personas con BED suelen tener también algún otro trastorno psiquiátrico, como el trastorno bipolar o el trastorno de ansiedad. Los atracones pueden servir como una especie de válvula de escape para las personas que tienen alguno de estos trastornos psiquiátricos o del estado de ánimo, ya que no pueden contener sus emociones.

Tratamiento de BED

El tratamiento del TDC requiere el uso de antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), tanto los utilizados para otras afecciones como la depresión y la ansiedad, como otros ISRS como la fluoxetina y el citalopram para reducir el peso y los atracones.

La terapia cognitivo-conductual también se utiliza para reducir el comportamiento compulsivo, mejorar la autoestima, reducir la depresión y mejorar la calidad de vida del paciente.

Vigorexia, síntomas y tratamiento

La vigorexia, también llamada bigorexia o trastorno dismórfico muscular, es un trastorno relacionado con la insatisfacción con el propio cuerpo, que afecta principalmente a los hombres y que puede ser algo comparable a la anorexia.

Consulta a continuación toda la información sobre esta disfunción, sus síntomas y el tratamiento adecuado para ella.

Vigorexia

Inicialmente, la vigorexia fue clasificada como un trastorno obsesivo-compulsivo por el profesor de psicología de Harvard Harrison Grahan Pope Jr. que denominó a la enfermedad Síndrome de Adonis por el mito de Adonis en la mitología griega, que era un joven de inmensa belleza.

Sin embargo, debido a las similitudes con la anorexia, la vigorexia también puede tratarse como un trastorno alimentario.

Las personas con vigorexia son extremadamente neuróticas con respecto a su cuerpo, hasta el punto de realizar ejercicios físicos intensos y utilizar esteroides anabolizantes. El uso constante de esteroides anabolizantes puede conducir a una adicción similar al consumo de drogas.

Síntomas de la Vigorexia

Los síntomas de la vigorexia consisten en que el paciente realiza una práctica exagerada de ejercicio físico que, en consecuencia, acaba provocando mucha fatiga, dolores musculares, una elevada frecuencia cardíaca incluso en situaciones normales y una mayor incidencia de lesiones.

Con el aumento de la testosterona por encima de lo normal debido al uso de sustancias sintéticas, estos pacientes también presentan mayor irritabilidad y agresividad, depresión, insomnio, pérdida de peso y de apetito, y menor rendimiento sexual.

Hay casos más graves de insuficiencia renal y hepática, problemas vasculares, aumento del azúcar en la sangre que puede conducir a la diabetes y aumento del colesterol.

Tratamiento de la Vigorexia

La terapia cognitivo-conductual es necesaria para mejorar la autoestima e identificar el motivo de esa visión distorsionada del propio cuerpo. Se interrumpe inmediatamente el uso de esteroides anabólicos y se consulta a un nutricionista para asegurar una dieta equilibrada.

Incluso después de que el paciente muestre una gran mejoría al tratamiento, pueden producirse recaídas, por lo que siempre es bueno hacer un seguimiento con el psicólogo de vez en cuando.

¿Cómo puedo ayudar a una persona que sufre un trastorno alimentario?

En primer lugar, trata de hablar con la persona cuando notes los primeros síntomas de alguno de estos trastornos alimentarios. Intenta convencerla de que debe acudir a un médico lo antes posible.

Mantén la calma y la paciencia, no muestres agresividad ni intentes forzar a la persona a correr en busca de ayuda. Intenta explicarle lo que está pasando y que su vida puede pender de un hilo, pero de forma muy sutil y escueta. Haz esta conversación preferiblemente en un lugar privado, lejos de otros medios de comunicación como teléfonos móviles, etc.

Recuerde que la persona que padece un trastorno alimentario tiene una visión muy distorsionada del tema, así que prepárese para las reacciones negativas, después de todo, los pacientes con esta molestia se sienten avergonzados de admitir que sufren este tipo de trastorno.

Si hay aceptación del trastorno y de la necesidad de tratamiento, ofrecer ayuda y también la compañía para ir a ver a un psicólogo. Estar siempre cerca del paciente, ya sea motivándolo para que continúe el tratamiento y mejore, o estando atento a posibles recaídas.

Como experta en el campo de los sueños, la espiritualidad y el esoterismo, me dedico a ayudar a otras personas a encontrar el significado de sus sueños. Los sueños son una herramienta poderosa para comprender nuestra mente subconsciente y pueden ofrecer información valiosa sobre nuestra vida diaria. Mi propio viaje al mundo de los sueños y la espiritualidad comenzó hace más de 20 años, y desde entonces he estudiado mucho en estas áreas. Me apasiona compartir mi conocimiento con otros y ayudarlos a conectarse con su ser espiritual.